El 27 de abril de 2025, se llevó a cabo la Fiesta de la Divina Misericordia en la Parroquia San Miguel Arcángel de Cabo Rojo.
Nuestro párroco, Padre Wilson Montes, comenzó esta Fiesta con la Exposición de Jesús Sacramentado. Una vez expuesto, el ministerio de música, Fuego del Espíritu, cantó la Coronilla a la Divina Misericordia, como Sor Faustina nos enseñó en sus escritos.
Al terminar la Coronilla, Padre Wilson se dirigió a los presentes, que muy entusiasmados, escuchaban lo que la Misericordia de Dios significa para nuestras vidas.
Nos reunimos en este segundo Domingo de Pascua, tal como a Sor Faustina le fue revelado por nuestro Señor Jesucristo. Como dice la coronilla, le pedimos a Dios que derrame su Misericordia en el mundo entero.
Esta fiesta fue instituida en el año 2,000 por San Juan Pablo II. La misericordia es el amor del mismo Dios que se inclina hacia el miserable para levantarlo. Es por eso que debo mirar a lo alto para que esa misericordia venga sobre mí. La Divina Misericordia se traduce en que Dios no se cansa de perdonar. Jesús pidió esta coronilla para los pobres pecadores. Los dos rayos de agua y sangre de la imagen, son los Sacramentos de los cuales debemos alimentarnos para que confiemos en su misericordia. Por eso repetimos la hermosa frase “Jesús, en tí confío”. Cristo se hace presente a través de ti. Cuando decimos “Por su dolorosa pasión…", estamos pidiendo que por los méritos de su pasión, Dios se incline a un mundo que lo necesita para levantarlo con su paz y su misericordia. Seamos misericordiosos como nuestro Padre es misericordioso.
Esta fiesta es un refugio para los pecadores. Sólo Cristo es nuestro lugar seguro. En este mundo fracturado, tenemos que buscar el lugar donde nos sentimos seguros y perdonados; el Sagrario.
Debemos hacer nuestra la frase: “Señor, guárdame en tu corazón”. La misericordia de Dios transforma, por lo que en este Domingo, podemos llevar la misericordia a los demás. Somos instrumentos llevando la misericordia, siendo testimonios de vida para los demás, nunca devolviendo mal por mal, con paciencia, haciendo la diferencia y sin guardarnos lo que hemos recibido. Ábrele tu corazón porque hoy te la quiere regalar a tí.
Luego tuvimos unos minutos de silencio donde Padre nos exhortaba a decir: “Señor mío y Dios mío “.
Una vez retirado Jesús Sacramentado, tuvimos un compartir fraternal en esta hermosa Fiesta de la Divina Misericordia.
¡Que hoy, mañana y siempre, seamos canales de Misericordia para los demás!